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PrevenciA?n y pensiones

  • Por Eduardo Rodriguez-Rovira, Presidente de la FundaciA?n Edad & Vida

Escrito por Nacho Saez el 2 noviembre, 2017 en Reportajes
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Para los lectores de esta revista la palabra prevenciA?n va ligada normalmente a la sanidad. Pero, asA� como la prevenciA?n es esencial para el mantenimiento de nuestra salud, el prevenir nuestra situaciA?n econA?mica futura es tambiA�n vital para nuestra existencia. El sistema de pensiones estA? directamente relacionado con la prevenciA?n, es decir, la adopciA?n de medidas antes de que se produzca un evento que pueda originar efectos negativos. Cuando se llega a cierta edad, se deja de trabajar y por tanto de recibir ingresos por la ocupaciA?n que se realizaba. Se necesita, por tanto, haber realizado ahorros para poder contribuir a los gastos de los aA�os que quedan de vida tras la jubilaciA?n.

Todos los sistemas de pensiones, colectivos o individuales, pA?blicos o privados, estA?n basados en el principio fundamental de que de una u otra forma se detraiga del salario -voluntaria u obligatoriamente- una cantidad que se destine a esta finalidad. En los sistemas pA?blicos el Estado obliga a dedicar un porcentaje del sueldo para contribuir a la futura pensiA?n. En los sistemas privados, el particular ingresa voluntariamente una parte de su salario para formar un fondo que con sus intereses constituya un capital que serA? entregado en el futuro al pensionista directamente o en forma de una renta periA?dica. Existen naturalmente fA?rmulas mixtas.

Queda claro que las pensiones no las regalan las administraciones pA?blicas, ni las entidades financieras que las puedan administrar, sino que son dinero ahorrado por el particular con una finalidad clara. Es, por tanto, al menos conceptualmente, dinero propio, sueldo diferido, administrado por terceras personas.

No se deberA�a insistir en esto, pero la manipulaciA?n verbal y factual de polA�ticos y medios de comunicaciA?n en este campo hace que una parte de la poblaciA?n, la menos educada, piense que es el Estado benefactor quien les da su protecciA?n gratuita y que por eso establece topes mA?ximos o mA�nimos, sube o no las pensiones por la inflaciA?n en porcentajes caprichosos, modifica la edad de retiro convencional, el nA?mero de aA�os trabajados, la tasa de sustituciA?n del A?ltimo salario etc. Se carece de informaciA?n sobre cuA?l serA? la pensiA?n probable que se recibirA?, porque efectivamente con tantos cambios que se producen la convierten en poco fiable y ademA?s puede alumbrar sorpresas en las expectativas creadas.

El mA�todo de reparto puro parte de un constructo teA?rico, por el que se crea un contrato entre generaciones, por el cual las generaciones activas, jA?venes, ingresan unas cotizaciones que pagan inmediatamente las pensiones de las generaciones ya jubiladas, creA?ndose a su vez un derecho para que las futuras les abonen las suyas. Las contribuciones y las pensiones que se reciban se establecen de acuerdo con un complicado sistema de reglas, que teA?ricamente tratan de conseguir la llamada contributividad: que cada uno reciba en proporciA?n a lo que haya pagado, lo que no acontece en muchos casos.

Cuando no existe un equilibrio de ingresos y pagos en el sistema de reparto puro, son necesarias modificaciones en estas reglas para cuadrar las cuentas. Con el cambio demogrA?fico que se estA? produciendo como consecuencia el envejecimiento de la poblaciA?n (incremento de la esperanza de vida y disminuciA?n de la natalidad) se produce un fuerte desequilibrio ya que aumentan las jubilaciones y disminuye la poblaciA?n activa. Los efectos negativos han sido asimilados a un esquema piramidal ya que con los recursos existentes cada vez es mA?s complicado cubrir a un nA?mero mayor de receptores y los nA?meros rojos aumentan progresivamente. El dA�ficit de 2017 es de mA?s de 18.000 millones de euros y segA?n AIREF en 2022, despuA�s de las reformas de las que hablaremos. serA? de mA?s de 16.000ma��.

Hay que prevenir el riesgo de falta de sostenibilidad del sistema, pero sin perjudicar en exceso la suficiencia, que es el grave peligro de los ajustes drA?sticos. Si se dejara que el sistema se deteriorara gravemente sin tomar las medidas necesarias, el ajuste serA�a de golpe y con efectos dramA?ticos como se ha sufrido recientemente en Grecia. La UE no permitiA? que los presupuestos generales pagaran el dA�ficit y las pensiones tuvieron que bajar drA?sticamente.

La forma de igualar los dos miembros de la ecuaciA?n en un sistema de reparto es, por un lado, pagando menos a los pensionistas o reduciendo su nA?mero y por el otro, que los que estA�n trabajando contribuyan con mA?s o disminuyan sus futuros derechos, modificando en negativo los parA?metros que afectan a las futuras pensiones. La soluciA?n conceptual es sencilla, si se quiere mantener un nivel pensiones deficitario, hay que ahorrar mA?s, directa o indirectamente, obligatoria o voluntariamente, abierta o solapadamente (impuestos o deuda, que significa impuestos a pagar por las prA?ximas generaciones)

Las pensiones constituyen el capA�tulo de gasto mA?s importante en las cuentas pA?blicas espaA�olas. Sin su dA�ficit, estarA�amos ya liberados del control fiscal europeo. El Premio Nobel Modigliani (que falleciA? en 2003) habA�a anunciado que el sistema de pensiones espaA�olas era una a�?bomba de relojerA�aa�? (Juan Velarde). Sin embargo, estuvimos varios aA�os viendo licuarse el fondo de reserva sin hacer nada. Cuando se creA? el sistema inglA�s, modelo de los muchos que le siguieron, ya se dijo que el sistema de reparto era una trampa a plazo, porque los paA�ses desarrollados tienen una natalidad decreciente. Solo los modelos de capitalizaciA?n estA?n exentos de ese problema. CapitalizaciA?n, que no tienen los de reparto, en los que se deducen periA?dicamente de las nA?minas cantidades que no se benefician del interA�s compuesto. SegA?n se ha demostrado, las contribuciones de los trabajadores si se hubieran invertido en fondos que repliquen la cotizaciA?n del IBEX, habrA�an obtenido unos resultados histA?ricos llamativamente mejores que las pensiones que ha proporcionado el sistema.

En el sistema de reparto actual espaA�ol, la tasa de sustituciA?n de la pensiA?n por el A?ltimo salario es 82,1%, una de las mA?s altas del mundo frente al 52,9% de la OCDE (69,5 en Italia, 55,4 en Francia, 37,5 en Alemania). En el rA�gimen general esa tasa representa el 93% del salario medio del conjunto de la economA�a. En Europa se ha seA�alado al sistema espaA�ol de pensiones de generoso. A�La tasa de sustituciA?n, segA?n la ComisiA?n Europea, caerA? en EspaA�a al 50% a mediados de siglo debido a las reformas introducidas en nuestro sistema, pero seguirA? estando en la media alta.A� SegA?n BBVA 4 de cada 10 jubilados estarA?n en el grupo de riesgo severo de pobreza en 2050, si no se complementan las pensiones con sistemas de capitalizaciA?n como en los demA?s paA�ses desarrollados. En Europa, tambiA�n Holanda tiene una tasa de sustituciA?n de 80%, pero incluye los resultados de cuentas privadas de capitalizaciA?n.

Los espaA�oles antes de las reformas de 2013 obtenA�an de media 1,44 por cada euro aportado. DespuA�s de las reformas bajarA? esta relaciA?n a 1,28. AquA� se ve claramente la fortaleza intrA�nseca de los regA�menes de capitalizaciA?n, que despuA�s de 35 aA�os de cotizaciA?n media habrA�an obtenido cifras mucho mA?s elevadas.

Sin duda la alta tasa de sustituciA?n es la principal causa de la insuficiencia en el sistema de pensiones espaA�ol por lo que todas las medidas tomadas A?ltimamente van dirigidas en la prA?ctica a reducir este porcentaje. Ahora bien, hay que analizar si la contribuciA?n de los trabajadores espaA�oles, muy alta en comparaciA?n con la de los paA�ses de nuestro entorno econA?mico, amerita este porcentaje tan alto. Porque una de las crA�ticas al sistema puro de reparto como es el espaA�ol es el elevado porcentaje que se detrae a los trabajadores para pagar sus futuras pensiones. La cantidad que se deduce de la nA?mina es de aproximadamente 28,30, que cubre ademA?s de las futuras pensiones, la incapacidad y la supervivencia y otras contingencias menores. En los paA�ses nA?rdicos la media es 23,4%. No cabe duda de que las altas tasas de cotizaciones y sustituciA?n espaA�olas y estA?n relacionadas.

Lo justo y razonable es que la tasa de sustituciA?n sea mA?s baja que en la actualidad. Coeficientes de 80%, sin el complemento de elementos de capitalizaciA?n individual, no existen en el mundo por lo que las tasas superiores a 70 % deberA�an ser rebajadas rA?pidamente.

El Gasto en pensiones en relaciA?n con el PIB, era en 2011, 8,4% y en 2016, 10,7% y se espera que con las medidas implantadas en 2022 serA? 10,4%. Estas cifras no son en absoluto elevadas en comparaciA?n con las tasas de otros paA�ses, teniendo en cuenta que EspaA�a estA? a la cabeza de los paA�ses envejecidos. Tampoco serA�a escandaloso que suba el porcentaje, si se aplica a cada vez mayor nA?mero de personas. AdemA?s, mantener el porcentaje sobre el PIB, significa un deterioro per cA?pita. Lo que estA? claro es que, si se quiere subir este porcentaje sobre el PIB, hay pagar mA?s por ello, con cotizaciones o con impuestos.

Otra de las causas importantes de nuestros problemas es la baja natalidad. EspaA�a es uno de los paA�ses desarrollados que ha prestado menos atenciA?n a este gravA�simo problema social y econA?mico y es disparatado no asumir las medidas que otros paA�ses como Suecia o Francia estA?n adoptando. No existe reemplazo generacional. La tasa de natalidad es de las mA?s bajas del mundo (1,33 hijos por mujer), la edad de maternidad se acerca a los 33 aA�os y el nA?mero de mujeres en edad fA�rtil disminuye aceleradamente, lo que significa que el problema viene de lejos, las mujeres se casan a los 32 aA�os y las encuestas nos dicen que muchas mujeres querrA�an tener un hijo mA?s, pero que sus circunstancias vitales se lo impiden. Se convertirA? en habitual que el nA?mero de fallecimientos supere al de nacimientos. Se habla de suicidio demogrA?fico. Naturalmente los efectos de la correcciA?n de este problema son a largo plazo, porque las causas son principalmente culturales, no solo econA?micas.

La cultura de ahorro en EspaA�a es muy diferente a la de la mayorA�a de paA�ses desarrollados. La propiedad, frente al alquiler, de la vivienda habitual, es una obsesiA?n de nuestra naciA?n. El ahorro se concentra en bienes raA�ces (parte importante de la poblaciA?n tiene una segunda vivienda). Los espaA�oles tienen mA?s ahorros que lo que se piensa, son ricos en patrimonio, y pobres en rentas. A corto plazo hay que facilitar la movilizaciA?n de los bienes raA�ces, con toda clase de instrumentos financieros como hipotecas inversas, rentas vitalicias etc., lo que requerirA? control de las administraciones pA?blicas para que se cumplan los fines previstos, teniendo en cuenta la poblaciA?n de edad avanzada a la que se dirigen.

Se ha propuesto una amplia baterA�a de medidas para recuperar el equilibrio de las cuentas de la Seguridad Social (SS). Un principio general de justicia es que la carga de los ajustes se reparta prudentemente en el tiempo y equitativamente entre las generaciones, las de los que se jubilen en el futuro prA?ximo o lejano o las de los que ya estA�n jubilados. Existe grave riesgo de ruptura de la solidaridad intergeneracional.

Desde el punto de vista de los recortes, que afectan a los futuros pensionistas, la primera medida que se establece en los paA�ses con modelo de reparto es la modificaciA?n de los parA?metros que determinan las futuras pensiones. Por ejemplo, para cobrar el 100% de la futura pensiA?n se aumenta el nA?mero de aA�os necesarios para poder acceder a la misma. En EspaA�a, se ha pasado de 8 aA�os a 15 y A?ltimamente, de forma progresiva hasta 2022, a 25 aA�os de trabajo, y seguramente se terminarA? con toda la vida efectiva de trabajo. Estas modificaciones se visten como medidas de contributividad y su finalidad es cuadrar las cuentas.

El aumento de la longevidad es el gran factor que desequilibra las cuentas en un sistema de reparto y al que necesariamente hay que adaptarse, usualmente prolongando la edad de jubilaciA?n. (por ejemplo, en EspaA�a y en casi toda Europa a los 67 aA�os). Por otra parte, el Factor de Sostenibilidad de las Pensiones (FSP) entrarA? en vigor en 2019. Este A�ndice corrige la pensiA?n en funciA?n de la esperanza de vida, por lo que el crecimiento de esta influirA? negativamente en las pensiones. Como hemos seA�alado la tasa de sustituciA?n sobre el A?ltimo salario caerA? en unos aA�os a un porcentaje cercano al 50%.

Desde el punto de vista de los recortes que afectan de las pensiones en vigor la reforma mA?s importante es el A?ndice de RevalorizaciA?n de las Pensiones (IRP), aprobado en 2013 y que entrA? en vigor en 2014. Se trata de una fA?rmula que tiene en cuenta la variaciA?n de los ingresos del sistema, el aumento neto de pensionistas y el efecto sustituciA?n. Desde el punto de vista del equilibrio del sistema la fA?rmula indica que las pensiones tendrA�an que haber caA�do este aA�o 2,96% para reducir el desfase de los ingresos y gastos. Se trata de un medidor de la sostenibilidad, que proporciona informaciA?n para decisiones polA�ticas sobre los ajustes a la revalorizaciA?n de las pensiones por la inflaciA?n. El Gobierno mantiene para 2017 una tasa de revalorizaciA?n de 0,25%, que si fue generosa cuando los precios estaban cayendo, en estos momentos es escandalosamente baja, afecta hoy a los pensionistas existentes, pero en el futuro daA�arA? a todos los nuevos jubilados. Hasta el aA�o 2022 la pA�rdida de poder adquisitivo de los pensionistas serA? 7%. En 20 aA�os de jubilaciA?n puede rebajarse la pensiA?n a la mitad. Esta decisiA?n es muy peligrosa socialmente. Recordemos que durante la crisis fueron las pensiones las que sostuvieron en gran parte a las familias con problemas.

Hay que tener en cuenta que la inflaciA?n de la cesta de la compra de los mayores puede ser superior a la general. Hay A�ndices especA�ficos que nunca se han tenido en cuenta. Por otra parte, la economA�a estA? creciendo a tasas reales superiores al 3%. El desfase de las pensiones no revalorizadas suficientemente en relaciA?n con el crecimiento nominal de la economA�a que es mA?s del 4,5% (3% crecimiento real, mA?s tasa de inflaciA?n, 1,5%) serA? dramA?tico. La mayorA�a de paA�ses establecen la revalorizaciA?n de las pensiones de acuerdo con los A�ndices de inflaciA?n y ademA?s en gran nA?mero de ellos de acuerdo con los A�ndices de subida salarial o de crecimiento real de la economA�a.

Mientras exista un dA�ficit tan grave como el actual, es equitativo que los pensionistas actuales y los futuros deban contribuir a su eliminaciA?n. pero no se puede exagerar en ningA?n sentido.

Control de la Cobertura: Las pensiones de supervivencia estA?n experimentando una revisiA?n importante, de acuerdo con los cambios sociales habidos en el empleo de la mujer, que ahora estA? casi plenamente incorporada al trabajo y tiene sus propias pensiones. A�Muchos paA�ses otorgan una pensiA?n de viudedad por un periodo de tiempo nada mA?s. El Porcentaje pensiones de supervivencia en EspaA�a (2,4% de la cotizaciA?n) es de los mA?s altos del mundo (1,2%% de media). Existe tambiA�n un control sobre las de dobles pensiones, exigiA�ndose una prueba de recursos para poder obtener la segunda.

En el terreno de los ingresos, el remedio mA?s obvio es el de la creaciA?n de empleo. Es un objetivo general econA?mico alcanzar la cifra de 22 millones de cotizantes (en 2007 llegamos a tener 20 millones). A�Las pA�rdidas de ingresos desde 2007, ahora se recuperan entre otras razones por las reformas mA?s liberales realizadas en la legislaciA?n laboral, que nos acercan a las legislaciones de referencia. Pero estA? aconteciendo que los nuevos empleos en muchos casos tienen salarios mA?s bajos, lo que implica bajas cotizaciones y ademA?s muchos estA?n subvencionados en sus cuotas de la SS. TambiA�n estA?n llegando mA?s pensionistas que los que se dan de baja y con sueldos mA?s elevados y con mA?s aA�os de empleo, por lo que las perspectivas del mercado laboral espaA�ol en este concepto son muy negativas. La poblaciA?n activa (edades entre 20 y 65 aA�os) disminuirA? en 2.030 en un millA?n setecientos mil y el nA?mero de jubilados (poblaciA?n de mA?s de 65 aA�os) aumentarA? en dos millones y medio. Estas cifras se podrA?n corregir en una pequeA�a parte, aumentando las tasas de ocupaciA?n, que en EspaA�a son bajas, especialmente con una mayor participaciA?n en el empleo de las mujeres y de los mayores.

Una polA�tica de inmigraciA?n inteligente, premiando la cualificada, que evite el peligro de aumentar el gasto social sin mejorar la productividad, podrA�a compensar parcialmente este desequilibrio. Se calcula que a medio plazo se necesitarA�an varios millones de inmigrantes con toda la problemA?tica social y polA�tica que ello implicarA�a. Por otra parte, lo importante es no aumentar el PIB, sino el PIB per cA?pita.

En relaciA?n con el empleo y la inmigraciA?n el factor clave es mejorar la productividad, que implica, como consecuencia, salarios mA?s altos, que aumentarA�an las cotizaciones. Para ello hay que mejorar la formaciA?n laboral a corto plazo y los sistemas de educaciA?n a largo plazo.

Destopar las bases mA?ximas de cotizaciA?n sin destopar las pensiones mA?ximas topadas, que es una propuesto de grupos radicales, es demagA?gico, como decir que los ricos paguen el dA�ficit y significa perder contributividad en el sistema.

EspaA�a es una excepciA?n en el derecho del jubilado a compatibilizar plenamente pensiA?n y trabajo. Si de acuerdo con las reglas del sistema el trabajador recupera el salario diferido cuando se retira, estA? recibiendo lo que se le debe y la administraciA?n y el jubilado se encuentran en paz. Si el retirado quiere seguir trabajando, es su decisiA?n, siempre que pague sus impuestos. No debe de haber limitaciones a la pensiA?n, como pasa en EspaA�a (pA�rdida de 50%). La administraciA?n fiscal recibirA? impuestos, procedentes de un trabajo, que probablemente es opaco, cuando estA? limitada o no permitida la compatibilidad.

ConstituciA?n de cuentas individuales de capitalizaciA?n en fondos de pensiones -voluntarios u obligatorios- que capitalizarA�an los ahorros realizados y sus intereses. Es el mA�todo mA?s limpio, eficiente y transparente. Los paA�ses desarrollados estA?n evolucionando, al menos parcialmente, hacia este mA�todo o al de cuentas nocionales. Normalmente existen exenciones fiscales. Los sistemas privados de pensiones constituyen en los paA�ses anglosajones 87% del PIB y en los nA?rdicos 77,3& y en EspaA�a solamente 9,6% sobre PIB. La protecciA?n privada complementaria es obligatoria en Francia, Dinamarca, Holanda y otros paA�ses desarrollados y tambiA�n en China. La media de la cobertura pA?blica mundial de pensiones es alrededor de 14%, aproximadamente un 11,7% de cobertura pA?blica y 2,3% privada. En los paA�ses desarrollados son tambiA�n frecuentes los planes complementarios de empresa.

Cuando el dA�ficit es intrA�nseco, como sucede en EspaA�a lo mA?s lA?gico serA�a subir las cotizaciones sociales de los trabajadores que son en EspaA�a de las mA?s bajas comparadas con las de los paA�ses desarrollados. En efecto, la cotizaciA?n de los trabajadores espaA�oles es 4,70% del salario, por debajo de la media europea (6,9%). A�Este incremento habrA�a que dedicarlo a un plan obligatorio individual de capitalizaciA?n (lo que estA? haciendo en muchos paA�ses) para compensar el recorte de las pensiones. Por el contrario, la que es una cotizaciA?n exageradamente alta es la que paga la empresa espaA�ola, 23,60%, que se compara con una media de 12,6 en otros paA�ses y que es una medida negativa para la contrataciA?n, por lo que la tendencia en este caso serA�a rebajarla.

Muy relacionado con la medida anterior estA? la implantaciA?n de la llamada mochila austriaca. En Austria los empresarios aportan mensualmente 1,53% del salario a un fondo a nombre del trabajador, que seguirA? siempre la vida del trabajador, siga o cambie de empresa o sea despedido y cuando se jubila forma parte de su pensiA?n. Se gestiona por entidades financieras privadas, pero los fondos estA?n garantizados por el Estado. Los expertos hablan de sus numerosas ventajas, que las tiene, pero en EspaA�a habrA�a que resolver previamente las contradicciones que existen entre el sistema de empelo espaA�ol y la aplicaciA?n de esta medida.

Existe el debate de si el compromiso del Estado de abonar las pensiones debidas por los ahorros realizados por los trabajadores debe pagarse con los impuestos generales cuando exista dA�ficit en el sistema. Cuando ha habido un exceso de ingresos sobre los gastos del sistema lo natural es la creaciA?n de un fondo de reserva con los excedentes para prevenir futuros riesgos de falta de cobertura, como se ha hecho A?ltimamente. Pero si se produce ese dA�ficit, que llamamos estructural, lo primero es poner en marcha las medidas seA�aladas anteriormente de una forma equitativa y prudente y si a corto plazo no pueden cubrirse los compromisos con los antiguos cotizantes que hoy son pensionistas, estamos hablando de derechos adquiridos -aunque formalmente no se quieran reconocerlos-, es de estricta justicia que el Estado garantice esos derechos adquiridos. Se trata de personas que por su edad ya no pueden reaccionar ante posibles recortes de sus pensiones.

La clarificaciA?n que se produce por la separaciA?n por las fuentes de financiaciA?n es importante conceptualmente, porque distingue entre lo que son verdaderas pensiones procedentes de salarios diferidos y lo que son ayudas sociales, subvenciones etc. Las pensiones no contributivas, y los complementos a mA�nimos deberA�an estar incluidas en los Presupuestos Generales del Estado. Se ha querido meter en este paquete las pensiones de supervivencia, pero estas son propiamente contributivas. Tampoco se deben llevar a los Presupuestos los gastos de administraciA?n del sistema (4.000 millones de euros). Pero esta clarificaciA?n es neutra financieramente. Las cuentas de la SS estarA?n mA?s saneadas y se disminuirA? su dA�ficit, pero el gasto y el dA�ficit aparecerA? en los Presupuestos. En realidad, se trata de un maquillaje de las cuentas, como lo es tambiA�n el emitir deuda pA?blica para cubrir el dA�ficit, manteniendo el fondo de la SS creado con ese fin.

Un comentario general en este campo es que las reformas van mA?s despacio que el cambio demogrA?fico.

Lo natural serA�a establecer un sistema claro de cotizaciones del trabajador, equilibrado en relaciA?n con todos los parA?metros a que hemos aludido, es decir plenamente contributivo, sin modificaciones que no fueran imprescindibles. Los ahorros, detraA�dos de sus nA?minas irA�an a una cuenta individual, que a partir de su jubilaciA?n se le entregarA�a de acuerdo con principios actuariales. A�La informaciA?n sobre las cantidades ahorradas por el interesado, mA?s un interA�s nominal acumulado, prudente, deberA�a estar abierta al interesado a quien se le comunicarA�a tambiA�n cuA?l serA�a su probable pensiA?n futura, manteniA�ndose las circunstancias del momento. EstA? claro que en estas circunstancias el futuro pensionista sabe que A�l es quien ha ahorrado, cuA?l es el importe que tiene en esa cuenta virtual, sin dinero real, si no solo derechos, pudiendo tomar decisiones acerca de sus futuros ingresos si considera que aquellos serA?n insuficientes para su bienestar tras la jubilaciA?n.

Precisamente es a este sistema al que estA?n redirigiA�ndose los regA�menes mA?s progresistas que hasta ahora seguA�an los paA�ses con sistema de reparto puro, que hoy se considera anticuado y que crea enorme cantidad de problemas, como conocemos por experiencia propia, cambio que ha dirigido Suecia y mA?s recientemente, entre otros, Italia y Polonia. TambiA�n estA?n accediendo a A�l paA�ses que estA?n creando sus sistemas de pensiones ex novo como China y otros paA�ses emergentes.

Esta forma del sistema de pensiones se denomina de cuentas nacionales de contribuciA?n definida. AquA� no se crea ningA?n fondo real con los ahorros del pensionista -como sucede en los regA�menes privados- sino que simplemente se apunta sus cotizaciones en una cuenta nominal teniA�ndose derecho a recibir su pensiA?n de acuerdo con criterios tA�cnicos actuariales y en relaciA?n con la esperanza de vida de la cohorte de sus coetA?neos. Se trata de un sistema de aportaciA?n definida, intermedio entre los puros de reparto y los puros de capitalizaciA?n privados

El pago depende en principio de los ingresos de los trabajadores actuales en las cuentas de la seguridad social, que si fueran insuficientes podrA�an reducir la cuantA�a de las pensiones, pero en este mA�todo se ve lA?gico que serA? razonable acudir a los ingresos generales del Estado. De hecho, hoy la Seguridad Social y los Presupuestos Generales del Estado son vasos comunicantes como hemos visto al tratar el dA�ficit de la S.S. Su fondo de reserva no se aplica para lo que fue creado, sino que cosmA�ticamente, para que no se manifieste pA?blicamente su insuficiencia, desmoralizando al personal, se paga el dA�ficit con un prA�stamo de las cuentas generales del Estado.

El sistema de cuentas nocionales es mA?s justo y racional que el sistema de reparto que existe en la actualidad. Las administraciones pA?blicas no pueden intervenir en lo que es un derecho adquirido, que se conoce perfectamente. SA� se pueden realizar cambios en las nuevas pensiones, modificando las condiciones de los nuevos ahorros, pero sin perjudicar los ya realizados por el trabajador. Existe una ecuaciA?n entre lo que se ahorra y lo que se recibirA? de pensiA?n.A� Tanto aportas, tan cobras, lo que se considera equitativo. Si se retrasa la edad de la jubilaciA?n matemA?ticamente la pensiA?n serA? superior. Si voluntariamente se anticipa el retiro, la cantidad serA? menor, pero no en porcentajes artificiosos, si no lo que exija el cA?lculo financiero.

El sistema de reparto con cuentas nocionales requiere una transparencia total y por lo tanto una informaciA?n permanente al interesado. Hace unos aA�os se prometiA? que los asegurados espaA�oles recibirA�an informaciA?n de la que podrA�a ser su pensiA?n futura, de acuerdo con los parA?metros existentes. No ha ocurrido, seguramente porque con las A?ltimas modificaciones legislativas las sorpresas negativas de los futuros pensionistas podrA�an ser muy grandes. En el sistema de cuentas nocionales la proporcionalidad es una definiciA?n del sistema. Si la contribuciA?n es muy alta la tasa de sustituciA?n serA? alta y recA�procamente, si es baja el porcentaje de sustituciA?n serA? muy bajo.

Suecia es considerada el paradigma de paA�s socialdemA?crata, quien lo introdujo en los 90. Muchos paA�ses desarrollados empiezan a seguir su ejemplo. Se trata de un modelo puro de cuentas nocionales, mA?s cuentas de ahorro individuales de capitalizaciA?n, impulsadas por el Estado. Tiene ventajas fiscales al ahorro y se puede combinar pensiones y trabajo, la edad de jubilaciA?n es flexible y la informaciA?n transparente.

El cambio de sistema de reparto al de capitalizaciA?n en Chile ha sido objeto de debate partidista desde que se constituyA?. Es llamativo la baja cotizaciA?n, 10% para pensiones, 1% invalidez, y los gastos tan austeros de administraciA?n 1,4%. (Recordamos que en EspaA�a son 28,30% y 4% respectivamente). Para los que por diferentes razones no han podido constituir una pensiA?n digna existe una pensiA?n bA?sica solidaria. Los que han trabajado 40 aA�os acceden al 70% de su A?ltimo salario. Por otra parte, el cambio de sistema ha sido un A�xito de paA�s. Ha contribuido a sacar al paA�s del subdesarrollo (el PIB per cA?pita ha pasado desde su creaciA?n de 5.000$ a 23.000$) y han salido de la pobreza que ha bajado del 50% al 7%.

Gran parte de los expertos recomiendan en EspaA�a realizar este cambio, pero serA? difA�cil, porque la mayorA�a de los polA�ticos, aunque muchos en privado reconocen que es mejor, no se manifiestan pA?blicamente a su favor. Pero de hecho el cambio se va haciendo encubiertamente, modificando los parA?metros. 

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