La revoluciA?n nanotecnolA?gica
Siete micras de diA?metro es el tamaA�o mA?ximo para un nanorrobot mA�dico circulante, debido a los requerimientos del gA?libo capilar. Los nanodocs mA?s estudiados hasta la fecha son los respirocitos o mecanoeritrocitos artificiales, los plaquetocitos, clotocitos o mecanoplaquetas y las microvA�boras o mecanofagocitos. Una segunda estrategia contempla quironanodocs, con capacidad de penetrar en las cA�lulas y reparar manualmente lesiones del ADN que hayan escapado al control de la maquinaria de reparaciA?n; una estrategia alternativa a la plasmA?nica. En tercer lugar, la aplicaciA?n de la nanotecnologA�a en el A?mbito cerebral; ello al margen de la biocomputaciA?n basada en el ADN. La nanomedicina estA? comprometida con la eliminaciA?n de la prA?ctica totalidad de las enfermedades conocidas y con la expansiA?n de las capacidades humanas, en especial las mentales.
Y en otro escenario: la cA?pula geodA�sica en Disneyland, una escultura de Kenneth Snelson y otra de Falo Moreno, un balA?n de fA?tbol, una tela de araA�a, la proyecciA?n dymaxion de un mapamundi, tensegrijuguetes, la esfera de Chunck Hoberman, fulerenosa��, todo ello es tensegridad, tensiA?n integrada. Y a partir de ello, un conjunto universal de reglas de construcciA?n parece guiar el diseA�o de las estructuras orgA?nicas, desde las cA?psulas de los virus o los simples radiolarios, hasta el citoesqueleto o el cuello de la jirafa, y tambiA�n con opciones robA?ticas y biomecA?nicas. Cuando una cA�lula, inserta en la complejidad tisular suelta amarras del entorno, esto es, pierde los contactos con las cA�lulas vecinas o con su matriz de soporte, se esferifica y muere; la jirafa mantiene erguido su cuello sin cansancio, y nos levantamos de la cama sin apenas esfuerzo. Todo esto es biotensegridad. Tensegridad y nanociencia que confluyen en eventos biolA?gicos tales como el reconocimiento y fagocitosis de material extraA�o.
Y la medicina molecular introducirA? en el contrato clA�nico una forma sin precedentes de pronA?stico. La situaciA?n surge de la identificaciA?n de genes asociados con susceptibilidad a diferentes enfermedades comunes, tales como el cA?ncer o la diabetes. En primer lugar, es difA�cil asignar una palabra que defina la situaciA?n o el estado creado por la presencia de tales genes: susceptibilidad, predisposiciA?n, propensiA?n, proclividad, o riesgo potencial o probabilidad. Todo pronA?stico consiste en posibilidades y probabilidades; rara vez el futuro es cierto. La disponibilidad de pruebas de susceptibilidad a enfermedades futuras, supondrA? desplazar al mundo mA�dico a millones de personas que no experimentan dolor, ni inquietud, ni limitaciones de tipo alguno. Todo aquel, a quien se le detecte susceptibilidad gA�nica, pasarA? a formar parte de una nueva clase de individuos, que no serA?n enfermos en el sentido actual del tA�rmino, pues no necesitarA?n tratamiento; pero tampoco serA?n individuos sanos. GuardarA?n una relaciA?n particular con el mundo mA�dico, obligada por la necesidad de una espera vigilada, pero no obtendrA?n, de momento, beneficios de las soluciones tecnolA?gicas de la biomedicina. Aunque la emergente reprogenA?mica relegarA? del estrellato a la medicina predictiva.
Con todo ello, hoy, una medicina incA?moda que responde al eslogan A�high-tech low-touchA�. BP
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