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Epilepsia y cirugA�a

Escrito por Silvia Martin el 20 abril, 2017 en Noticias
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CientA�ficos de la Universidad brasileA�a de Campinas (Unicamp), en SA?o Paulo, demostraron que es posible utilizar informaciA?n genA�tica para detectar en forma precoz quA� pacientes que padecen una de las formas mA?s graves de epilepsia -conocida como epilepsia del lA?bulo temporal medial (ELTM)- son refractarios al tratamiento medicamentoso y, por ende, se recomienda en estos casos la intervenciA?n quirA?rgica.

Este trabajo se llevA? a cabo en el Instituto de InvestigaciA?n sobre Neurociencias y NeurotecnologA�a -un Centro de InvestigaciA?n, InnovaciA?n y DifusiA?n (CEPID) financiado por la FAPESP-, y contA? con la coordinaciA?n de la profesora Iscia Lopes-Cendes. «Se estima que en los mejores centros del mundo se tarda entre 15 y 20 aA�os para que un determinado paciente refractario a la terapia con medicamentos sea derivado para someterse a una cirugA�a. Mientras tanto, esa persona sigue sufriendo debido a las crisis no controladas. Si logramos acortar ese proceso, podremos cambiar la historia de vida de muchos pacientes. Puede significar la diferencia entre ingresar o no a la facultad, entre tener o no tener un trabajo y entre tener o no una vida normal», dijo Lopes-Cendes.

Es posible utilizar informaciA?n genA�tica para detectar en forma precoz quA� pacientes que padecen una de las formas mA?s graves de epilepsia son refractarios al tratamiento medicamentoso y, por ende, se recomienda en estos casos la intervenciA?n quirA?rgica

La ELTM es causada por alteraciones en el funcionamiento de neuronas localizadas en las estructuras mA?s profundas del cerebro como el hipocampo y la amA�gdala, desde donde se controlan funciones importantes tales como la memoria, la atenciA?n y la ansiedad, entre otras. Las crisis provocadas por descargas elA�ctricas anormales en un gran grupo de neuronas, que pueden o no resultar en convulsiones, interfieren en la memoria y en otras funciones cerebrales, y a menudo ponen al paciente en riesgo de sufrir accidentes, e incluso en peligro de muerte.

Si bien A�sta no es la forma mA?s frecuente de epilepsia -representa entre un 30% y un 40% de los casos-, se la considera la mA?s difA�cil de tratar en adultos. Hasta un 40% de los pacientes no responde a ninguno de los fA?rmacos disponibles. Para esos casos, se recomienda la remociA?n quirA?rgica del A?rea cerebral donde se originan las crisis.

«Toda cirugA�a implica riesgos, y en este caso, se extirpa una parte del cerebro. No es algo inocuo. Por eso actualmente existe un consenso que apunta a intentar controlar antes las crisis con distintos regA�menes de terapia medicamentosa. Generalmente la enfermedad se manifiesta al final de la adolescencia y al comienzo de la edad adulta. Es una etapa crucial en la vida de una persona. ImagA�nese la diferencia que puede representar el controlar las crisis a los 12 aA�os en lugar de hacerlo a los 35», dijo la investigadora. El estudio se realizA? con base en el anA?lisis de datos de 237 personas con ELTM sometidas a un seguimiento en la Unicamp desde hace al menos dos aA�os. Los investigadores ya sabA�an que 162 pacientes de ese grupo eran refractarios al tratamiento, en tanto que los otros 75 respondA�an bien a los fA?rmacos.

El objetivo del trabajo, de acuerdo con Lopes-Cendes, consistA�a en desarrollar una metodologA�a que permitiera discriminar entre ambos grupos con base en el anA?lisis del material genA�tico de los participantes. Para ello el grupo seleccionA? un conjunto de 11 genes que -segA?n datos disponibles en la literatura cientA�fica- estA?n implicados en la absorciA?n, el metabolismo y el transporte de medicamentos antiepilA�pticos.

En esos 11 genes se genotiparon 119 diferentes marcadores moleculares de tipo polimorfismo de un solo nucleA?tido (SNPs, por sus siglas en inglA�s) para ver quA� alelos estaban presentes. «Aplicamos una serie de procedimientos estadA�sticos para desarrollar el modelo con mejor capacidad para prever el desenlace del paciente. En dicho modelo A�bamos poniendo y sacando variables para ver cuA?les contribuA�an mejor para formular la predicciA?n. Aparte de los polimorfismos genA�ticos, tambiA�n agregamos datos clA�nicos tales como la presencia o la ausencia de atrofia de hipocampo, la edad en que comenzaron las crisis y el sexo del paciente, entre otras», comentA? Lopes-Cendes.

Cuando se tenA�an en cuenta A?nicamente las variables clA�nicas, el A�ndice de acierto del modelo se ubicA? en torno del 45%, lo cual, segA?n subrayA? Lopes-Cendes, serA�a inferior al mA�todo de arrojar una moneda a lo alto para elegir cara o cruz. Sin embargo, cuando se considerA? el anA?lisis de esos SNPs, el A�ndice de acierto trepA? al 80% y llegA? al 82% cuando se sumaron variables clA�nicas y genA�ticas.

Tal como explicA? Lopes-Cendes, para tener la seguridad de que ambos grupos de pacientes estudiados pertenecA�an a la misma poblaciA?n (desde el punto de vista genA�tico) y que, por consiguiente, eran efectivamente comparables, el grupo tambiA�n genotipA? otros 90 SNPs en distintos genes ubicados en los mismos cromosomas del anA?lisis anterior. «Es lo que denominamos control genA?mico. Sin A�ste, corremos el riesgo de seleccionar pacientes y controles de poblaciones distintas y comprometer asA� los resultados de los anA?lisis», dijo la investigadora.

Frente al alto A�ndice de aciertos del modelo que desarrollA? el equipo del BRAINN, Lopes-Cendes revela que pretende ahora iniciar un estudio multicA�ntrico con pacientes de diversos paA�ses. «La idea es genotipar esos SNPs al comienzo del tratamiento y realizar un seguimiento de esos pacientes durante dos aA�os para ver cuA?l serA? el desenlace. Si el resultado corrobora lo que encontramos durante este primer estudio, habrA? elementos suficientes como para incluir esta metodologA�a en la prA?ctica clA�nica», sostuvo. 

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