Dieta y huella hA�drica

Seguir una dieta mediterrA?nea tradicional puede reducir el consumo hA�drico, un descenso que podrA�a llegar hasta la mitad si esta dieta fuera vegetariana. Es una de las conclusiones de una investigaciA?n internacional en la que participa la Universidad Complutense de Madrid, y con la que se han analizado las pautas de consumo y alimentaciA?n de los ciudadanos de 13 ciudades europeas.

Si los europeos siguieran una dieta mediterrA?nea saludable, el consumo de agua se llegarA�a a reducir entre un 19% y un 53%. Esta es una de las conclusiones del estudio internacional en el que participA? la Universidad Complutense de Madrid, y en el que se ha analizado tanto el consumo directo como indirecto de los recursos hA�dricos de 13 ciudades europeas, entre ellas, Manresa y Zaragoza.

a�?Con el consumo directo nos referimos al agua que usamos en los hogares para beber, ducharnos o lavar, mientras que el consumo indirecto es el agua utilizada para producir bienes urbanos como alimentos, papel o ropaa�?, explica Susana del Pozo, investigadora delA�departamento de NutriciA?n y BromatologA�a IA�de la UCM y coautora del trabajo.

El consumo indirecto es superior al directo y la suma de ambos da como resultado la huella hA�drica de una persona. La investigaciA?n, publicada en a�?Science of the Total Environmenta�?, plantea tres hipotA�ticos escenarios de consumo de agua con la dieta mediterrA?nea como elemento central.

El primero se refiere a una dieta que incluye carne, con la que se ahorrarA�a entre un 19% y un 43% de agua. El segundo contempla una alimentaciA?n basada en mA?s pescado y verduras, lo que llevarA�a a reducciones de consumo de entre el 28% y el 52%, mientras que la tercera dieta, vegetariana, conlleva descensos de entre el 30% y el 53% del uso de los recursos hA�dricos. a�?El tipo de dieta influye en la huella hA�drica y mejora al disminuir el consumo de carnea�?, afirma del Pozo. SegA?n la investigadora, cada hogar espaA�ol compra, de media, unos 146 gramos de carne por persona al dA�a, el doble de lo que consumA�amos en 1964, cuando la dieta espaA�ola seguA�a el modelo de la mediterrA?nea.

a�?Para recuperar los patrones saludables no solo debemos disminuir nuestro consumo de carne sino tambiA�n ampliar la presencia de legumbres, verduras y cereales en nuestras mesasa�?, plantea del Pozo.

Siguiendo informes internacionales, en el estudio tambiA�n se analiza la alimentaciA?n de los ciudadanos de las 13 ciudades seleccionadas a��Manresa, Zaragoza, Lyon, Dubrovnik, Atenas, JerusalA�n, Ankara, Estambul, Pisa, Bolonia, GA�nova, Reggio Emilia y Liublianaa��. Solo en Lyon, Manresa y Zaragoza sus habitantes alcanzaron el consumo recomendado de pescado y marisco (entre 3 y 4 raciones semanales).

La investigaciA?n revela que la huella hA�drica de las capitales oscilA? entre los 3.277 y los 5.789 litros por persona y dA�a, cantidades que multiplican hasta por 30 el consumo directo urbano. Este oscilA? entre los 125 y los 200 litros por persona al dA�a.A�Las cifras son superiores a las registradas en capitales europeas del norte o el oeste del continente, algo que, entre otros factores, puede deberse al clima. a�?La huella hA�drica de un individuo no solo estA? relacionada con su consumo directo de agua sino que tambiA�n influyen sus hA?bitosa�?, recuerda del Pozo. Por eso, los investigadores proponen mejorar la alimentaciA?n y diseA�ar campaA�as de concienciaciA?n centradas en el consumo indirecto del agua, para que el ciudadano sea consciente de su existencia.