Treinta años del AZT, primer fármaco contra el virus del sida

En torno al aA�o 1981, empezaron a aparecer casos de una enfermedad transmisible grave y sin tratamiento conocido: el sA�ndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Los laboratorios de la FundaciA?n Wellcome que habA�an desarrollado un medicamento muy eficaz frente a los virus Herpes, pusieron en marcha un proyecto muy ambicioso para encontrar alguna molA�cula que tuviera eficacia para frenar la replicaciA?n del virus del SIDA.

Cuando la infecciA?n se extendiA? a muchos paA�ses y su mortalidad era muy elevada, muchos laboratorios trataron de encontrar productos terapA�uticos que frenaran la epidemia. Los Laboratorios de la FundaciA?n Wellcome, con sede en Inglaterra y Estados Unidos y con presencia en varios paA�ses (entre ellos EspaA�a), lograron desarrollar un producto terapA�utico que demostrA? su eficacia para detener la infecciA?n del SIDA. Este producto fue conocido con las siglas AZT (Azitomidina).

Se probaron centenares de molA�culas sin A�xito alguno. En noviembre de 1984, la virA?loga de Wellcome que dirigA�a la investigaciA?n, Marty St Clair al revisar numerosas placas con virus inoculado y distintas molA�culas, observA? que todas estaban destruidas por el virus del SIDA menos unas que contenA�an AZT. En estas, las que las cA�lulas se matenA�an intactas. Era viernes por la noche y pensA? que no habrA�a puesto la dosis de virus en aquellas placas.A� RepitiA? de nuevo la inoculaciA?n obteniendo el mismo resultado. En poco tiempo, se iniciaron los ensayos clA�nicos para tratar con AZT a enfermos de SIDA. El AZT fue aprobado como tratamiento para el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en marzo de 1987.

La producciA?n de AZT se intensificA? y cada vez habA�a mA?s enfermos de SIDA en tratamiento con este producto mientras otros laboratorios de alto nivel iban desarrollando productos de calidad que se evaluaban en ensayos clA�nicos.

Mi circunstancia profesional y temporal, me colocaron en aquellos primeros aA�os de la apariciA?n y detecciA?n del SIDA en EspaA�a, en un lugar estratA�gico para poder observar e intervenir en los programas de investigaciA?n y tratamiento del SIDA. Elemento bA?sico de esta circunstancia era mi puesto como Director MA�dico de la FundaciA?n Wellcome en EspaA�a. Mi formaciA?n como virA?logo me permitiA? intervenir en algunos proyectos de la DirecciA?n CientA�fico MA�dica a nivel mundial.

Conseguir AZT para los 24 primeros enfermos que iban a participar en un ensayo clA�nico en EspaA�a, fue una satisfacciA?n y la aceptaciA?n de una responsabilidad. Los 24 enfermos se distribuyeron en grupos de ocho entre Madrid, Barcelona y PaA�s Vasco. Los Directores MA�dicos del ensayo fueron los doctores Juan GonzA?lez-Lahoz (Madrid), JosA� MarA�a Gatell (Barcelona) y RamA?n Cisterna (Bilbao).

DespuA�s de este ensayo, la calidad de los investigadores clA�nicos en el A?rea del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) quedA? sobradamente demostrada y su contribuciA?n al desarrollo de la terapA�utica antirretroviral queda patente en la bibliografA�a mundial especializada.

La FundaciA?n Wellcome continuaba las investigaciones para desarrollar nuevos compuestos. Un dA�a, los Presidentes y los Directores CientA�ficos de todos los Centros (entre los que figuraba yo), fuimos convocados con urgencia en Londres. La razA?n era que Brendan Larder, investigador principal del AZT, en un rasgo de honradez, querA�a presentar los resultados de un estudio muy valioso que habA�a realizado y cuyos resultados indicaban que no se debA�a mantener durante mucho tiempo el AZT como A?nico tratamiento ya que los pacientes podA�an desarrollar resistencia. Desde entonces la terapia fue incorporando nuevos productos que se combinaban con el AZT para evitar el desarrollo de resistencias.

Y una anA�cdota final para el principio de esta Historia. Los envA�os de AZT a los tres hospitales que participaron el primer ensayo clA�nico en EspaA�a, los realizamos empleando un servicio de transporte con personal de Seguridad, siguiendo las normas que nos marcA? la DirecciA?n MA�dica Internacional de Wellcome ante el riesgo de que se produjera un robo del medicamento con el fin de utilizarlo en enfermos no incluidos en el ensayo clA�nico.

Una Historia que en el terreno del tratamiento se inicia con el AZT, producto que al ser el primero, se le auguraba una vida breve. Sin embargo, en combinaciA?n con otros productos, continA?a siendo una pieza bA?sica en los protocolos terapA�uticos y en los proyectos mA?s ambiciosos que persiguen el control absoluto de la replicaciA?n del VIH en la persona infectada.