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La violencia de gA�nero entendida como el SA�ndrome de Otelo

  • Por Francisco Alonso FernA?ndez, CatedrA?tico emA�rito de PsiquiatrA�a y PsicologA�a MA�dica de la Universidad Complutense. AcadA�mico de la Real Academia de Medicina

Escrito por Redacción Biotech Magazine el 3 noviembre, 2017 en Reportajes
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Hasta hace unos 45 aA�os la mujer era un ser sometido con arreglo a una educaciA?n severa patriarcal, cuyo objetivo primordial era incapacitarla para llevar una vida independiente.

A partir de entonces, momento en el que se instaura el control de la natalidad gracias al advenimiento de la pA�ldora contraceptiva, la mujer experimenta una transformaciA?n en el sentido de la emancipaciA?n, al incorporarse masivamente al trabajo extra domA�stico y a los estudios universitarios. Se produce entonces una serie de cambios en cascada: la revoluciA?n sexual, la crisis de pareja y de familia y la disposiciA?n de un gran sector de la poblaciA?n masculina a recibir a la nueva mujer como una camarada. El sector masculino recalcitrante en el machismo toma las armas para oponerse a la liberaciA?n de su pareja al considerarla como una propiedad suya.

AsA� acontece la pandemia de violencia machista emergente en los aA�os setenta del A?ltimo siglo: una violencia perpetrada por el hombre contra su pareja o expareja femenina. Se hace popular esta violencia con la designaciA?n de violencia de gA�nero, un tA�tulo que es una provocaciA?n al sentido comA?n porque no recoge con suficiente nitidez ninguna de las tres caracterA�sticas sustantivas de la violencia machista emergente: maltratador masculino, vA�ctima femenina y relaciA?n de pareja o expareja entre ambos.

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La designaciA?n de sA�ndrome de Otelo, en alusiA?n al personaje Otelo de la tragedia de Shakespeare, que me honro aquA� en proponer, tiene la virtud semA?ntica de englobar las tres caracterA�sticas mencionadas.

La precisiA?n semA?ntica o nominal del tA�rmino a�?sA�ndrome de Oteloa�? se acompaA�a de un concepto claro del fenA?meno, lo que permite realizar con rigor encuestas o investigaciones epidemiolA?gicas, tarea que hasta aquA� no alcanzaba una fiabilidad suficiente al manejar algunas veces el tA�rmino violencia de gA�nero como sinA?nimo de violencia domA�stica o violencia conyugal.

El enfoque de la violencia machista emergente contemporA?nea como el sA�ndrome de Otelo da un vuelco al modo de enfocar el problema, convirtiendo la salud mental del maltratador en el tema central y su recuperaciA?n como el objetivo prA?ctico primordial.

El tA�rmino a�?sA�ndrome de Oteloa�? pone ademA?s de relieve la intervenciA?n de la pasiA?n de celos erA?ticos como mecanismo mental que dispara la violencia masculina contra la mujer. La pasiA?n de celos cubre un amplio espectro de fenA?menos extendidos desde la sospecha de infidelidad fundada en acontecimientos de la vida hasta el delirio de infidelidad como una creencia incontrovertible que no se deja influir por el razonamiento ni por la refutaciA?n lA?gica. La mayor parte de los celos patolA?gicos son una sustituciA?n de la realidad, lo que significa que pocas veces coincide con ella.

Los celos operan como un detonante de violencia al presentir el maltratador que un objeto de su propiedad trata de escabullirse. En funciA?n de la personalidad se potencia la violencia como violencia defensiva, utilizada por el hombre inseguro para protegerse contra la soledad o el abandono o como violencia expresiva, manejada por el odio hacia la mujer por parte de los hombres machistas arrogantes o despA?ticos.

La pasiA?n de los celos erA?ticos suele desarrollarse a la sombra de ciertos factores que llamamos factores de riesgo, tales como el antecedente de maltrato infantojuvenil, el consumo de drogas o de alcohol o el trastorno mental patolA?gico.

Es evidente pues, que el maltratador, adolece de graves problemas de salud mental y, sin embargo, se le viene considerando como un delincuente puro cuando requiere para su recuperaciA?n la aplicaciA?n de alguna de las medidas siguientes: un procedimiento judicial alternativo como la prestaciA?n de servicios a la comunidad o un cuidado asistencial en forma de programa individual o colectivo de remodelaciA?n de la personalidad o de rehabilitaciA?n psicosocial, o una terapia psiquiA?trica ambulatoria o un rA�gimen de hospitalizaciA?n.

Muy pocas de estas actividades se viene haciendo entre nosotros. Es menester intervenir en todo caso de sA�ndrome de Otelo con urgencia, en una doble direcciA?n: asistencia y protecciA?n a la mujer maltratada, actividad que se viene realizando, y atenciA?n al Otelo de turno con alguna de las intervenciones aquA� referidas; tarea hoy casi completamente omitida.

Se puede tener la seguridad de que con la prestaciA?n de cuidados asistenciales al maltratador, con un mandamiento judicial en caso necesario, hubiA�ramos podido evitar la muerte de muchas mujeres. Pero nunca es tarde para comenzar. 

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